Violín

Es habitual que un instrumento presente arañazos provocados por el constante uso o por el paso del tiempo en si, para ello podemos encontrar alguna que otra solución para que podamos percibir nuestro instrumento con una estética lo mas correcta posible que este nos permita.

Una mala caída, un golpe inesperado o la exposición a cambios bruscos de humedad y temperatura,entre otras cosas... pueden ser producto de que parte de nuestro instrumento se pierda y tenga que ser reemplazado, he aquí la posibilidad de volver a disfrutar del mismo bajo nuevas características.

Debido a un fuerte golpe es posible que nuestro mango del violín se pueda desprender de su posición, para ello existen algunas soluciones que pueden hacer que recobremos la comodidad y posición de nuestro mango sin excedernos en hacer demasiados gastos y poder así seguir disfrutando de el.

Es habitual que en mi taller tenga que recolocar el alma debido a un golpe o similar, a veces para que vuelva a su posición habitual, o para buscar otros sonidos, ya que en gran medida esta particular pieza es la encargada de transmitir las vibraciones desde la tapa al fondo de nuestro violín.

En ello tiene lugar la demanda del cliente que nos proporciona la información necesaria para adaptar mejor su instrumento a las exigencias, teniendo lugar como resultado un instrumento único en su haber.

En ese apartado realizo procesos donde es habitual tener que reparar algunas grietas que pueden ser provocadas por colisiones o por condiciones naturales, evitando que el instrumento pueda deteriorarse aun más.